LECTURA POLÍTICA

Noé Mondragón Norato

Los tres caciques

En tierra de caciques, sería extraño que los tres más notorios en la actual coyuntura política, no estuvieran fertilizando el terreno político para la elección de gobernador de 2027. Todos sus afanes, estrategias y movimientos van encaminados a quedar dentro de esa disputa. Y por supuesto, ganarla. Los mueve de manera natural, el hambre insaciable de poder. Las intenciones de ganarles terreno a los demás. Por eso el reacomodo de hoy, será la configuración concreta del mañana. Hay que detectar las pistas.

CACICAZGOS PERDURABLES. – Si se mira bien, cada cacique guerrerense se apropió de su particular feudo de poder. Se lee así: 1.- El senador Toro del Morena logró palomear a su antojo, candidaturas de diputados locales de mayoría relativa y plurinominales. Y también pretende lo mismo en las alcaldías. Es obvio: los necesita a todos ellos para dentro de tres años. Por eso se quitó de en medio a la mayoría de sus adversarios internos. No pudo con la alcaldesa de Acapulco, Abelina López quien va por la reelección. De ahí en fuera, Beatriz Mojica Morga —primer lugar de la fórmula al senado por el partido guinda— ya sabe cuál es su destino político. Es decir, es el Plan B del senador Toro. Si por alguna razón o circunstancia no quedara él como candidato a gobernador en 2027, Beatriz entraría al relevo. De lo contrario, tendrá que admitir y sumarse sin ningún tipo de aspavientos, a la candidatura del senador Toro. Nada más que hay dos crisis que les van a pegar de frente para la elección que está en puerta: la incesante y escalada espiral de violencia e inseguridad. Y la crisis interna derivada de todas las inconformidades de la militancia morenista, traducida en eventual voto de castigo, nulo o cruzado. Félix está obligado a reafirmar su cacicazgo en la elección de junio. 2.- El segundo de los tres caciques es el priista Manuel Añorve Baños. Al igual que el senador Toro, aspira a ganar la curul al senado para perfilarse en automático, a la disputa a gobernador en 2027. Esta dupla política proyecta una coincidencia labrada con el correr de los años: ambos se han inscrito a la competencia por el gobierno estatal en dos ocasiones. El senador Toro en 1993 y 1999. Y Añorve en 1999 y 2011. En ambas perdieron. Y en una más —la de 2021—, se quedaron en el camino. Como se ve, están obstinados por ser gobernadores. Con el agravante de que también los dos han sido alcaldes de Acapulco. Sus resultados como tales no le garantizan al ciudadano guerrerense que generarán una mejor calidad en la gobernanza pública si cada uno de ellos pudiesen por su cuenta, convertirse en gobernador. Tras la división tricolor reciente, el senador Manuel Añorve finca su apuesta para ganar en una sola dirección: el voto duro que se quedó con él. No tiene más. Arrastra, sin embargo, con un lastre mayúsculo: de todos los aspirantes al senado es el que más negativos arrastra. 3.- El otro cacique es el exgobernador priista Héctor Astudillo Flores. Emigró de su ex partido el PRI porque no soportaba compartir el mismo liderazgo caciquil con Manuel Añorve. Y por eso adquirió la franquicia local del partido Movimiento Ciudadano (MC) para tener su propio feudo. Y por eso mismo, adquirió los agravios de Mario Moreno Arcos para engatusarlo con la idea de que le ganarán el escaño senatorial al propio Añorve. Mario Moreno también fue a la competencia a gobernador en la pasada elección de 2021 y perdió. El propio Astudillo padeció la derrota por el gobierno estatal en la elección de 2005. Los dos son rostros políticos desgastados. Y aspiran a empujar el crecimiento del MC con base en cuando menos dos indicadores: el voto priista que se llevaron. Y el voto inconforme de la militancia del Morena que podría ir a parar al MC, ante el desgaste más acentuado de Manuel Añorve quien no lograría sumarlo. El problema de Astudillo es que no tiene un Plan B para el 2027, si Mario Moreno pierde la elección de senador. Echaría mano en todo caso, del edil de Zihuatanejo Jorge Sánchez Allec. O del aspirante del PRI a diputado federal por el distrito ocho, Rafael Navarrete Quezada. Y si la todavía priista-astudillista Mayra Martínez Pineda gana el distrito federal uno, se llevaría a una mujer al MC para hacerla candidata a gobernadora. Como se ve, los tres caciques políticos buscan caer parados para la elección de gobernador de 2027. Ya tendieron sus apuestas para intentarlo.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Con la consignación de dos policías por el crimen del estudiante Yanki Kothan Gómez Peralta y la destitución de tres funcionarios del gobierno estatal, la normal de Ayotzinapa confirma que no sólo está convertida en blanco de ataques sospechosos que luego tambalean y hasta tiran a gobernadores, sino que el gobierno federal de la 4T está obligado por ese motivo y con el fin de conjurar crisis futuras de poder, a generar resultados en las investigaciones para dar con el paradero de los 43 normalistas desaparecidos. Si el presidente AMLO hubiese hecho públicos los expedientes de esas pesquisas, toda esa crisis pudo haberse frenado. El punto es que esa misma crisis le pegó con dureza al Morena en plena campaña por la presidencia. Y son daños irreversibles.

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