LECTURA POLÍTICA

Noé Mondragón Norato

Aguirre o el Don de la ubicuidad partidista

AGUIRRE: CON DIOS Y CON EL DIABLO. – Veterano jugador de las lides políticas, Aguirre Rivero se mueve políticamente en varias pistas en la actual coyuntura electoral. Y hace apuestas de riesgo y otras muy cómodas. Se lee así: 1.- En Chilpancingo, la capital, ganó su primera lotería: empujó a la competencia por el Morena a su eterno cuadro político Jorge Salgado Parra. Y por la alianza Corazón por México, a su también adherente Alejandro Arcos Catalán con quien vendió en los medios un distanciamiento político a modo, pero claramente distractor. La realidad es que tanto Jorge como Alejandro van encabezando sus respectivas candidaturas bajo la etiqueta impresa e indeleble de Aguirre. Y no se la podrán desprender tan fácilmente durante toda su campaña. 2.- El exmandatario perredista se cuidó de fijar bien su postura a favor de Claudia Sheinbaum para la próxima elección federal, ante Héctor Ulises García Nieto −uno de los operadores de Claudia− con quien se reunió en febrero pasado. Mientras que en el plano local aseguró que lo haría con los candidatos de la alianza PRI-PRD-PAN. Su movilidad y apoyos se han quedado en meras declaraciones mediáticas, pero sin valor hasta hoy, en las campañas reales. Es decir, no se le ve operando. Ni cuál es su influencia y plusvalía verdadera, carcomido como está por la controversia. Pero hizo una doble apuesta con Dios y con el Diablo. El dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano vino a Guerrero con el fin de vender la idea de que corregirá la conducta política desviada de ese polémico personaje. Pero esa postura genera más risa que seriedad. 3.- En el partido Movimiento Ciudadano (MC), Aguirre tiene los dos únicos aliados que están moviendo a ese partido: el exgobernador priista Héctor Astudillo. Y el candidato al senado, Mario Moreno Arcos. Ha guardado cierta prudencia para no proclamarse abiertamente a favor de Mario. Pero tampoco lo ha hecho a favor del aspirante reeleccionista del PRI al senado, Manuel Añorve Baños. Y si se mira bien, tanto Aguirre como Astudillo operan soterradamente a favor de la candidata presidencial del Morena. El primero se cura en salud con Claudia y le pagan con Chilpancingo. El segundo, obedece las instrucciones presidenciales de AMLO para dividir el voto priista. Las pistas que van dejando regadas están muy visibles. 4.- Acapulco fue la primera parada electoral de Aguirre. Ahí se pronunció a favor del candidato a la alcaldía porteña del MC, Yoshio Ávila, un ex priista que se plegó al Morena y operó en la pasada contienda interna por la presidencia entre las cuatro “corcholatas” a favor de Adán Augusto López, un personaje que ya aseguró su pase al senado por la vía plurinominal. Al no ser favorecido con la candidatura por el partido guinda, Yoshio se fue como candidato del MC desplazando fácilmente al exedil de Acapulco Alberto López Rosas, quien también la quería. Pero no tenía dinero para la campaña. Investido como candidato dio cobijo como aspirante a regidor en el segundo lugar de la lista de ese partido, a Armando Añorve Ríos, hijo del eterno secretario particular de Ángel Aguirre que lleva el mismo nombre. Por eso la preocupación de Zambrano Grijalva. 5.- Al abrirse con Yoshio Ávila, el exgobernador perredista renuncia a dar sus apoyos al aspirante de la alianza Corazón Por México, Carlos Granda Castro. Porque sabe que eso implicaría también, apoyar de soslayo al propio Manuel Añorve. Y Yoshio podría en realidad asumir la condición de bisagra. Es decir, le quita por un lado votos a la alianza opositora. Y también a la propia aspirante reeleccionista del Morena, Abelina López. Si declina por cualquiera de los dos, podría significar el triunfo de Granda o el de Abelina. El contexto lo explica: la propia Claudia Sheinbaum no transige con Abelina porque esta hizo ganar en el puerto que gobierna, a Marcelo Ebrard. Y en esas coyunturas es donde Aguirre Rivero se decantará también y en definitiva, por uno de los dos. Porque juega con Dios y con el Diablo. Asombrosamente, asume el Don de la ubicuidad partidista.

Más allá de mandar señales de unidad, la alianza Corazón por México (PRI-PRD-PAN) aparece dividida desde que inició el proceso electoral. Y el punto perturba porque el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva vino a refocilarse mediáticamente con el argumento de que el exgobernador perredista Ángel Aguirre apoyará a los candidatos de esa alianza. También a la candidata Xóchilt Gálvez y no a la del Morena Claudia Sheinbaum, como el propio exmandatario lo anunció públicamente en febrero pasado. Zambrano habló como si mandara en las decisiones de Aguirre. Pero la realidad es otra. Es cuestión de pulsarla.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Sin oficio de por medio y tomando por sorpresa a toda la base trabajadora, el rector de la UAGro, Javier Saldaña, decidió primero, que los talones de nómina de preparatorias o Facultades de la región centro, fueran entregados desde la primera quincena de marzo, a través de un trabajador que envió exprofeso a cada plantel. Y luego cambió de opinión: para la segunda quincena de marzo, ordenó se recogieran directamente en rectoría. Es una disposición que desconcierta, burocratiza y encarece dicho trámite porque nunca se había hecho. Y ahora los trabajadores tendrán que invertir más en gasolina para ir a recoger sus talones al edificio de rectoría. Si es con el fin de ubicar a los “aviadores” que cobran dobles o hasta triples plazas, el propio rector debe tenerlos plenamente identificados en función de que fueron favorecidos por él en sus anteriores rectorados. Ahora porta grotesco, el traje de la pulcritud.

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