¡Juzgue Usted!
Francisco Javier Copeño Castro
LA INSEGURIDAD EN IGUALA: PROMESAS, CÁMARAS Y NULOS RESULTADOS
* Negocios del centro, viven una ola constante de delitos del fuero común…
* El alcalde Erik Catalán prometió contratar a un experto en seguridad…
* Inversión de millones en cámaras de vigilancia; resultados han sido nulos…
*La imagen de corporaciones, se deteriora ante la falta de acciones efectivas…
La seguridad pública en Iguala se ha convertido, en las últimas fechas, en tema obligado de conversación, análisis y crítica. La ciudadanía, pero principalmente los negocios que, viven una ola constante de delitos del fuero común, que se cometen prácticamente a diario, muchos de ellos en pleno centro de la ciudad y, en su mayoría, contra negocios establecidos.
Cada vez son más los comerciantes que denuncian los hechos a través de las redes sociales, difundiendo imágenes de los presuntos responsables captadas por sus propias cámaras de vigilancia. Paradójicamente, esas grabaciones particulares parecen ser más útiles que las decenas de cámaras adquiridas con recursos públicos.
Al inicio de la actual administración, el alcalde Erik Catalán Rendón prometió contratar a un experto en seguridad para realizar un diagnóstico integral del problema, y con base en ello, diseñar estrategias que devolvieran la paz y la tranquilidad a las familias igualtecas. Sin embargo, a más de un año de su gobierno, esa promesa sigue sin cumplirse.
En su informe semanal de los lunes ¡Por Iguala, Así Vamos! No ha tocado el tema de la inseguridad, cierto es que no es un problema que se haya generado en su administración, sin embargo, en este momento tiene bajo su responsabilidad la tarea de buscar mecanismos que coadyuven a tratar ese problema sin excusas ni justificaciones.
A pesar de la inversión de millones de pesos en cámaras de vigilancia instaladas en puntos estratégicos, los resultados han sido nulos. No se tiene registro de que alguna detención haya sido posible gracias a ese sistema de monitoreo, lo que deja en evidencia la ineficacia del programa.
Mientras tanto, los delitos continúan: robos a mano armada y de autopartes, asaltos en pleno día, intentos de abuso contra jovencitas y casos tan lamentables como el del joven Ramiro, que fue herido de bala al ser despojado de su motocicleta, y que hoy lucha por su vida. A esto se suma la deficiente atención médica, que agrava aún más la tragedia de las familias afectadas.
El secretario de Seguridad Pública municipal, José Luis Terán Villalobos, quien asumió el cargo en noviembre de 2024, aseguró recientemente que las cámaras funcionan “al 80%” y que pronto estarían “al 100%”. Sin embargo, los hechos desmienten esas declaraciones: los delitos siguen aumentando y los resultados siguen siendo invisibles.
Por su parte, el alcalde Catalán Rendón ha reaccionado de forma inconsistente ante los hechos delictivos. A veces minimiza la gravedad; otras veces justifica que “no había cámaras en ese punto” o que “están en reparación”. Lo cierto es que no existen programas, estrategias ni resultados concretos que devuelvan a los ciudadanos la confianza que siguen esperando desde hace varios años.
Urge una atención inmediata y coordinada. La imagen de la Policía Estatal, la Guardia Nacional, el Ejército y la policía municipal se deteriora ante la falta de acciones efectivas. De nada sirve verlos desfilar si su presencia no se traduce en resultados tangibles.
La ciudadanía se pregunta con razón:
¿Hasta cuándo volverá la tranquilidad a Iguala? Y estamos hablando de delitos del fuero común, dejando de lado los de alto impacto que se tendrían que tocar en otro comentario más adelante.
Las autoridades tienen la palabra. Cuentan con los medios, los recursos y el respaldo institucional. Lo que hace falta es planeación, estrategia y voluntad política para cumplir con lo que se prometió: una Iguala segura, en paz y con esperanza.
¡Hasta la próxima y salud!
Y si no… ¡Juzgue usted!
























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